El Mensaje de los Fundadores

Un aspecto esencial del patriotismo es honrar a quienes un día encarnarán la visión, las esperanzas y las aspiraciones de su nación. El movimiento que acabamos de crear para cada padre y cada hijo armenio —el Movimiento de los Boy Scouts Armenios— debe convertirse en algo tan sagrado como la propia fe, porque está fundado sobre los principios del patriotismo y la moral.

Nuestro juramento debe ser simple y breve. El llamado es nacional, porque el bien que generará también será nacional. El juramento es el siguiente: “Por mi honor, haré todo lo posible para servir a mi nación y a mi patria en cualquier forma posible.” Tomo este juramento con plena conciencia, firmo debajo de él y les pregunto: ¿No querrían ustedes hacer lo mismo?

Por encima de todo, debemos preservar la fuerza moral de las generaciones venideras, y no puedo imaginar nada que sirva mejor a este propósito que el escultismo. Pensadores serios de todas las nacionalidades —desde jefes de Estado hasta profesores universitarios— reconocen el verdadero valor del escultismo como una organización esencial destinada a preparar a las generaciones futuras, no solo según los principios educativos y psicológicos más avanzados, sino también conforme a las necesidades de la sociedad moderna.

Harach, como una vez cantaron los queridos scouts armenios de Constantinopla. Harach, jóvenes valientes. La labor que están realizando es noble, y la gratitud de su nación será su recompensa. Harach.

Los fundadores de Homenetmen eligieron deliberadamente el nombre “Hai Marmnakertakan Enthanur Miyutyun” para la organización. El término “Marmnamarzagan” no era lo suficientemente poderoso para expresar su ideal. Lo que abrazamos no fue simplemente el deporte, sino la educación física en su sentido amplio, integral y profundamente beneficioso.

Las tormentas que golpearon al pueblo armenio interrumpieron brevemente el avance de Homenetmen, pero no pudieron borrar las semillas de bondad que habían sido sembradas. Homenetmen permanece firme y abraza el futuro con confianza. La organización cree en sí misma, en su fortaleza y en la eternidad de sus ideales, convencida de que la generación que imagina algún día llegará a ser.